Una de las cosas que se hacen en Japón es entrar en sus innumerables templos. En los budistas, suele llamar la atención, que al “entrar” en la zona del templo, en su puerta de entrada, llamada Niōmon (仁王 門), a la zona sagrada del mismo templo, suele haber dos estatuas, parecidas pero con diferencias “sutiles”. Pueden estar cerca del Buda que protegen, aunque si el templo es muy extenso o grande, como el Tōdai-ji (東大寺) de Nara, estos guardianes están lejos del Buda (A más de 300 metros de distancia). Estos guardianes son, generalmente, dos figuras masculinas musculosas, para dar miedo a los agresores. Siempre van dos y tienen sus peculiaridades. En Japón son conocidos como Kongōrikishi (金刚力士) o Niō (仁王)

Figuras muy parecidas se pueden encontrar en templos de Vietnam, China y Corea, además de Japón y todas comparten las mismas características que se detallan a continuación.

Estas figuras tienen su origen en el panteón budista Mahayana. Se dice que viajaron junto a Buda para protegerlo de posibles ataques de demonios u otros males. Puede contrastar con el pacifismo intrínseco del Budismo, pero ellos entienden que hay males en el mundo que se deben luchar con la fuerza física, por esto están estas figuras.

Siempre hay una con la boca abierta y otra con la boca cerrada. Esto es muy similar al Alfa y el Omega del cristianismo, pues el que tiene la boca abierta (el de la derecha) trata de representar la vocalización del primer grafema del sánscrito Devanāgarī (अ) que tiene una pronuncia muy parecida a la “a” y el de la izquierda, tiene la boca cerrada busca representar la vocalización del grafema último Devanāgarī (ह) que se pronuncia “ɦūṃ”, por eso la similitud entre estas religiones.

Cada estatua tiene nombre; en el caso de la estatua de la derecha, que tiene la boca abierta, se le llama Agyō (阿形), aunque su nombre oficial es Misshaku Kongō (密迹金刚). El tener la boca abierta hace que haya muchas representaciones mostrando los dientes, con una cara más agresiva y, generalmente, blandiendo un Vajra alargado. Suele decirse que es la fuerza activa, el trueno que se oye de la tormenta, la agresividad explícita en caso de lucha.

Agyo. Figura del templo Todaiji de Nara. Foto de Xavi Vila.

El de la izquierda, con la boca cerrada, se le llama Ungyo (吽形) aunque también tiene nombre oficial y es Naraen Kongō (那罗延金刚), Hay templos que tiene la mano abierta y hay templos que lo representan con una espada. Suele atribuírsele la capacidad de ser la fuerza latente, la fuera contenida que puede explotar en cualquier momento, lo que sería el rayo de la tormenta.

Ungyo. Figura del templo Todaiji de Nara. Foto de Xavi Vila.

Como nota histórica, esta figura, originalmente era una sola, era Vajrapani, “el que tiene el rayo en la mano” deidad protectora en base al poder, la fuerza, que acompañaba a la deidad de la misericordia y a la de la sabiduría. Fue en su “viaje” por china donde se empezó a representar con dos figuras, mostrando las dualidades de vida/muerte, inicio/fin, etc que se muestran en muchas religiones.

Sin duda no son simples estatuas, si no que hay muchos detalles, muy cuidados, para que nos fijemos en los próximos viajes que hagamos a cualquier país del sudeste asiático.

Xavi Vila