Empecé a estudiar el idioma japonés a finales del año 1999. Mi objetivo era tratar de conocer la cultura de un país que había creado unas cosas que me intrigaban, desde las artes marciales a toda la evolución tecnológica. Ya llevaba un tiempo practicando artes marciales pero pensé que el conocer la cultura y su evolución histórica, me daría una base de conocimiento que me ayudaría a comprender lo que practicaba de una forma más profunda.

Estuve varios años yendo a una academia, centrándome en aprender el idioma pero sin objetivo de una fecha concreta, si no, mi único objetivo era aprender lo que pudiera, al final me examiné para el Noken y aprobé el primer examen, el yon-kyu. Me preparé para el siguiente, pero por temas familiares no pude asistir, se hacía una vez al año y si no ibas, perdías esa oportunidad, hasta el año siguiente. Luego me casé y tuve que cambiar prioridades, pero no he ido abandonando el idioma. En 2018 volví a Japón y me aún defendía bastante bien con el idioma!

Sobre el idioma; a mucha gente le frena, los kanjis dan miedo, pero hay ciertas ventajas, por ejemplo la fonética; si se escribe una frase en japonés pero con las letras occidentales, una persona no japonesa que lo leyera, casi seguro que un japonés lo entendería. Básicamente, no es como el inglés donde las vocales pueden tener varias formas de pronunciarse.

Si que hay varias cosas que pueden causar algún lío, para mí, lo que me causa más quebraderos de cabeza es el keigo (敬語), la parte del lenguaje de etiqueta, de comunicación respetuosa, donde hay una serie de registros que se deben usar cuando hablas con alguien de categoría claramente superior. Esto no sería mucho más complicado si no fuera por que hay situaciones sociales donde hay un registro muy diferenciado para dirigirse a alguien con un registro claramente inferior y, de hecho, los japoneses suelen jugar mucho con estos registros, dejando claramente, pero de forma muy educada, como se sienten contigo.

Otra de las cosas que me traen de cabeza son las palabras propias de niños, mayores, hombres o mujeres; hay algunas palabras reservadas para cada una de estos tipos de persona, que los debes conocer, pero no debes usarlas si no formas parte de ellos, si no, interpretan que tu espíritu es de ese tipo, con los líos o situaciones desagradables que pueden llegar a causar.

Como colofón final, los kanjis, donde nos podemos encontrar, para empezar, con las dos lecturas de los ideogramas o kanjis. Casi cada kanji tiene dos formas de leerse, cada forma puede significar algo distinto, por lo que leer los kanjis es algo complicado al no tener la práctica del tipo de lectura y luego los kanjis que se pronuncian igual; así que escuchar una conversación iniciada y oírlo parcialmente, si no sabemos de lo que están hablando, puede ser que crucemos palabras y llevar a malentendidos curiosos, como ejemplo, el kanji 花 de flor y el kanji , de nariz, ambos, se pronuncian igual «hana» (con la h sonora), esta homonimia hace, según mi experiencia, que cueste un poco más el aprenderlos.

Si que es un idioma que me gusta por varias razones, la más importante, por que su escritura de kanjis es de forma muy visual y hace trabajar partes del cerebro que nuestro idioma no hace; en mi caso, por ahora, me permite tomar notas en reuniones sin que la gente sepa lo que estoy escribiendo y, cuando estoy en Japón, el hablar su idioma abre muchas puertas, entre otras, te permite salirte de las rutas turísticas y ver algunas cosas excepcionales; a parte de que lo agradecen mucho; es un esfuerzo hacia ellos que te honra como persona preocupada por su cultura.

El japonés tiene 3 formas de escritura, la más conocida son los ideogramas o kanjis, y luego tiene dos silabarios, uno para palabras japonesas (hiragana) y otra para palabras extranjeras (katakana), sin significado por sí mismas, pero que permiten escribir fonéticamente.


Para aprender este idioma te recomiendo buscar una academia que permita ir evolucionando y, sobre todo, que se centre mucho en el habla, pues, a mi entender, es muy importante para la comunicación y la correcta evolución del aprendizaje.

Ganbatte kudasai! Jya mata nee!!